Elaboración con gamba roja de Menorca, de Julián Mármol, chef con estrella en Madrid, que dirige Godai, el restaurante del hotel Suites del Lago. | Archivo

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La Guía Michelin ha pasado de largo para Menorca, que se queda de nuevo sin estrella. Aun así, hay buenos pronósticos y son muchos los que opinan que, más pronto que tarde, este premio llegará. Los primeros indicios están en que cuatro establecimientos de la Isla aparecen en la guía. No tienen estrella, pero los focos están puestos sobre los manteles menorquines.

La Guía Michelin para España y Portugal se presentó este pasado martes en Toledo. Incluye dos nuevos restaurantes distinguidos con tres estrellas, y ya son trece los que alcanzan este estatus. Además de estos, en términos generales, España ha logrado para 2023 otras 39 estrellas nuevas, tres pasan de dos a tres distinciones brillantes, y otras 29 reciben su primera y esperada mención.

Sin embargo, el itinerario en la guía francesa no se detiene «aún» en Menorca, pero «es cuestión de tiempo», asegura Borja Beneyto ‘Matoses’, miembro de la Real Academia de la Gastronomía y considerado, por muchos, como el más autorizado de los ‘rastreadores’ nacionales de restaurantes.

Evolución patente

Que los últimos años, la gastronomía insular ha dado un salto cualitativo, es algo innegable. Son muchos los chefs que han logrado conjuntar tradición y modernidad, para dotar la cocina de la Isla de un toque distintivo. «Llama la atención que en Menorca no haya ningún restaurante con estrella», admite Matoses, quien aprecia la labor ingente realizada por el colectivo, para «dar un relato a su cocina, incorporando ingredientes de proximidad a recetarios heredados» de las generaciones precedentes.

Es así que se ha producido una «revolución» en los fogones, dejando atrás esos momentos en que «parecía que lo que se hacía fuera era superior, y con orgullo y la despensa local, la cocina menorquina ha llegado a tener una identidad propia».

Pero, ¿qué está fallando? ¿Por qué cuesta tanto que llegue esa primera estrella Michelin? «En eso, no beneficia la estacionalidad de la Isla», ya que, además de otros muchos criterios, se tienen en cuenta «la regularidad a lo largo del año, además de la calidad de los ingredientes, o las técnicas que se utilicen».

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«La primera estrella se da por la cocina que se elabora, estrictamente; la segunda y la tercera ya tiene en cuenta el confort, el servicio, el menaje, la armonía de la sala», ilustra el crítico gastronómico.

En la misma línea, el chef de Sa Pedrera des Pujol, Daniel González Mora, en tanto que vicepresidente de la Asociación Menorquina de Cafeterías, Bares y Restaurantes de Menorca, opina igualmente que la temporalidad «muy marcada» del servicio influye de forma importante.

«En Menorca es complicado, aunque es cierto que hay otros lugares con este mismo problema, que sí tiene estrellas». Sin ir más lejos, en Eivissa, donde acaba de llegar otra insignia, de manos del reputado Martín Berasategui.

«Lograrlo, no es fácil. Hay muchos inversores que ponen todos sus esfuerzos y no lo consiguen, porque influyen muchas circunstancias», remarca González Mora. «Aquí, es difícil abrir todo el año, con una plantilla estable, y un sistema» implantado en el establecimiento que le dé la regularidad que buscan los inspectores de Michelin.

Con todo, no hay duda para el cocinero que «Menorca se está asentando y está teniendo muy buen turismo gastronómico», pero considera que «no hay que obsesionarse, no deja de ser una guía privada, con unos criterios».

«No lograr una estrella, no debe verse como un fracaso, hay cosas que preocupan más, como conseguir personal cualificado», añade el cocinero, quien insiste en el «atractivo gastronómico de Menorca, con restaurantes que tienen muy buena prensa».

Todos tenemos en mente, por lo menos, cinco o seis restaurantes «de nivel» y tanto Matoses como Mora coinciden en que hay «mucho talento», con chefs que están trabajando muy bien y que, vaticinan, acabaran dando sus frutos.