En el centro de la imagen, uno de los animales que fue adoptado el pasado domingo en Es Mercadal | Josep Bagur Gomila

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Este miércoles, 22 de marzo, se celebra el Día Internacional del Podenco. Es por ello que en Menorca, desde hace ya unos años, el domingo anterior a esa fecha se organiza una fiesta para promocionar y proteger la figura de esta raza de perro de caza. Los organizadores de la cita saben que suele coincidir, como de hecho ocurrió el pasado fin de semana, con una de las ferias más populares de la Isla, la del Camp, pero aun así prefieren ser lo más fieles posibles al calendario.

De hecho, la Fiesta del Podenco, que arrancó en 2017, tiene su público fiel. Así quedó demostrado el domingo en el Recinte Firal des Mercadal, donde se organizaron un buen número de actividades que dieron pie a hacer piña entre la comunidad insular amante de los perros. Allí, a mediodía, tuvo lugar uno de sus actos centrales, un desfile canino orientado a promover la adopción de animales.

En total, 14 ejemplares recorrieron la pasarela, principalmente podencos, como era de esperar, pero también hubo invitados de otras razas para una cita nada excluyente. El paseíllo se saldó con dos adopciones, una podenca y un setter. Aunque la cifra puede parecer baja, desde la organización, la Protectora d’Animals de Ciutadella, una de sus responsables, Alba Lledó, apunta que en la fiesta se suelen establecer contactos que finalmente se traducen en nuevas adopciones en la semana siguiente.

Lo que el tiempo se ha encargado de demostrar es que el espíritu con el que nació la fiesta en 2017 está cumpliendo con los objetivos. Antes de que se celebrara, recuerda Lledó, cuando ella comenzó a trabajar como voluntaria, solo en Ciutadella se sacrificaban al año cerca de cuarenta perros, la mayoría de ellos podencos y de razas de caza. La buena noticia es que «podemos decir que desde hace seis años no se sacrifica ningún perro en Menorca», reconoce ahora con satisfacción.

Está claro que la fiesta, que cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Es Mercadal, es una de las piezas clave en ese proceso, pero no la única. Según Lledó, la evolución positiva obedece a un cúmulo de circunstancias. Entre ellas la concienciación de la sociedad menorquina, más abierta a la adopción, y también en una reducción en el número de abandonos desde el sector de la caza. Por otra parte, el papel que desempeñan las protectoras de animales de la Isla se antoja como otra de las claves.

Pero la ausencia de sacrificios cuenta con otro aliado clave, en este caso a través de la colaboración establecida entre Podenco Menorca y Tierhilfe Menorca, que con la colaboración también de la Protectora de Ciutadella, se traduce en el envío cada año de cerca de 30 ejemplares a Alemania para su adopción.

El apunte

Un animal que «nunca defrauda» en las charlas de concienciación

El podenco es una de las razas más utilizadas en España en el mundo de la caza, y tristemente también una de las que históricamente más maltrato y abandono ha sufrido. Y en realidad estamos, según defiende Lledó, ante un perro que atesora «muy buenas cualidades como animal de compañía en casa. Se portan bien, son supertranquilos y no suelen ser ladradores».

Atributos que hacen que sean una apuesta segura cuando desde protectoras como la de Ciutadella hacen charlas de concienciación, por ejemplo, en los centros escolares. «Yo siempre llevo un podenco porque sé que no me va a defraudar, son perros muy dóciles», señala Lledó.