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Cuenta una vieja leyenda urbana del lugar que los hechos que a continuación voy a narrar sucedieron en realidad. En realidad, si existió ese lugar y también una leyenda... quizás el argumento, por aquello del paso de los siglos, haya sufrido una modificación al pasar de padres a hijos. Veamos.

Reinaba en la antigüedad un rey con fecha de caducidad, apenas cobraría, llegado el caso, un quinquenio. Por la singularidad del monarca, melena y con aspecto amanerado, era conocido como 'El reyna', quien realizó una labor importante en su corte, consiguió que Fuenteovejuna quedara empequeñecido en comparación al Reyno de Venías', qué así se llamaba aquel lugar.

Su especial idiosincrasia rompía estereotipos acordes a su noble posición ante visitas de otros jefes de estado. Poco a poco, despacio, "El reyna' fue adquiriendo poder y más poder, continuaba con la admiración popular, pero tenía un problema que se dilataba por momentos y es que todo, absolutamente todos los trámites debían pasar por sus manos.

- 'Tendré que hablar con Él', se dijo "El Reyna" refiriéndose al Sauce Llorón, un árbol milenario de Venías al que muchos hombres importantes acudían en busca de consejo y luz.

- 'Te estaba esperando' le dijo el sauce.

– Entonces conoces mi problema, ¿no?

– Sé de tus problemas... de tus dos problemas', le anunció el árbol mágico.

- !!!¿Dos?¡¡¡ Pero si mi problema, mi único problema es la gente... no puedo confiar en ellos, todo he de hacerlo yo... estoy rodeado de incapaces e inútiles…

– En primer lugar deberías saber que estás rodeado de amigos que hacen las cosas diferentes a tus formas. Deberías ir dejando paso a nuevos valores que puedan reinar Venías, de lo contrario te recordarán por tu egoísmo individualismo... aquello que sembraste un buen día germinó pero me temo que lo que estas esparciendo ahora decline en habladurías y murmullos a tus espaldas.

'El Reyna' se sentó frente al sauce llorón, meditó unos segundos, tomó aire y sin levantar su rostro demandó de qué se trataba el segundo foco de infección.

– Reinar no está exento de equivocarse y lleva implícito tomar decisiones por mucho que éstas sean dolorosas.

- ¿Y bien?

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– Hace tiempo que te dije que no puedes estar a bien con Dios y el Demonio a la vez, que debías formar un conjunto de amigos aliados a tus órdenes, que la confianza fuera mutua, que remarais todos en la misma dirección. Por último te dije que si 'tu mano derecha te estorbaba, te la cortaras…' ¿Recuerdas?

– Pero... nunca me ha dolido ningún brazo.

– Urko,.. me refiero a tu primo Urko…

– ¿Qué pasa con él?

– Nunca ha sabido comportarse como primo tuyo. Con un humor incapaz de ser entendido ha herido a demasiada gente en el pueblo, se ha permitido abroncar a más de una persona en el reino con tu beneplácito y defensa injustificada. Yo te preguntaría quién y qué es Urko en tu reino para ir desenfundando su espada a diestro y siniestro. Que él sea incapaz de entender hasta doónde puede llegar, te obliga a tomar medidas al respecto... además urgentemente.

– Urko me ha sido fiel siempre.

– Entonces entenderá que su labor te deja en evidencia y que está haciendo daño, dolor a ti y al resto del pueblo.

– Difícil me lo ponéis, sabio Sauce.

– Será porque no soy sabio y sí soy llorón… porque hago llorar a los demás.

– Gracias por tu sinceridad, Sauce.

– De nada, pero no espero agradecimiento, espero hechos valientes. Adiós.

– Adiós, Sauce Llorón.

El Reyna' marchó a palacio y saben ustedes qué hizo… bueno, pues si conocen el final de esta historia es debido a que en ustedes habita en su interior parte de un rey o una reina, primo o tío al que en ciertas ocasiones de la vida hay que cortarles las alas… así es la vida y así se la hemos contado… amén.