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Nos encontrábamos en la Plaza Miranda disfrutando de aquel fresquito post septiembre, aquel que te despierta las mejillas y cuya banda sonora son las mil y pico de hojas caídas de los árboles. La estampa era, como siempre, maravillosa, pero esta vez sólo acompañado por la banda sonora original del momento ocasional, o sea la brisa. El cielo amenazaba muy posiblemente algo de lluvia, circunstancia que también percibíamos en el ambiente. Teníamos poco tiempo pero el suficiente para disfrutarlo… Hasta aquí todo normal, cuando nuestros ojos hablaron, bueno, en realidad se lamentaron y no había escapatoria posible: a escasos tres metros y reduciendo distancias por momentos se encontraba Miguel –nombre inventado por razones obvias-, por lo que las condiciones climáticas sufrían un deterioro adverso que no es noticia cuando –lamentablemente- topas con la negatividad personificada.

Tere y Carmen fueron las primeras en saludar y desaparecer, ambas dos esgrimiendo motivos laborales y consiguiente puntualidad. Obviamente yo, por motivos físicos evidentes, no podía echarme a correr, por lo que extendí el paraguas imaginario que parapetara la borrasca inminente que me venía encima. Sí, reconozco que por mis venas circula sangre andaluza, pero no exagero cuando digo que el marrón que estaba a punto de caerme encima –más tarde lo sabría- era al menos del '9' sobre la escala de Richter.

A Miguel nunca –insisto en lo de nunca y elevó a jamás el término- tienes que preguntarle aquello de que…

- ¿Qué tal Miguel, cómo estás, hombre?

- Mal, estoy mal y 'mol fotut'… si es que te gires por donde lo hagas la gente quiere joderte, ¿sabes?

El caso es que no había alcanzado mi tope de torpeza que elevé el listón, corregido y aumentado, y me di cuenta de que estaba nadando en aguas profusas, océanos en las cuales Miguel es campeón olímpico. Sí, mi incontinencia oral provocó que escupiera –perdón- la segunda cuestión de la cual me arrepentía mientras la estaba pronunciando. Mi físico interior fue poseído por Linda Blair –la niña del Exorcista- y mi cabeza comenzó a dar vueltas, mi boca a maldecirme y escupir sapos, una serpiente tan grande como una pitón se había enganchado alrededor del pecho… el caso es que ya no había marcha atrás ni escapatoria.

- Haces mala cara, ¿Qué te ocurre, hombre?

- Uy, Rafa, no quieras saber lo que me ha pasado en África…

Ahora es un látigo de siete colas el que castiga mi espalda, porque está claro que no hay 2 sin 3… si es que soy un 'alma de cántaro'.

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- Venga, hombre, no seas exagerado, ni que hubieras enfermado de 'ébola', malaria o…

- Pues mira, Rafa, te contaré porque ya que te veo interesado… además como tú eres fotógrafo seguro que me echas una mano…

- Bueno, fotógrafo es una profesión y yo soy amateur, aficionadillo…

- Escúchame bien. Estuve unos días en Marruecos en casa de unos amigos. Una noche cenamos fuerte, bebimos superior y fumamos unas hierbas que no era 'camamil·la' de La Mola precisamente. El caso es que me quedé dormido y tuve un sueño, o una aparición…Una mujer mayor me decía que me hiciera con tres fotos de fútbol en las que se pudieran leer los dorsales de los jugadores, mejor que tuvieran cinco cifras, que hiciera por comprar los décimos correspondientes y que uno de los tres saldría premiado esta Navidad.

- 'No passis pena', cuenta con tres fotos, mañana se las dejó a Pepe del Bar el Príncipe y en paz, pero… ¿de verdad crees en esas milongas además retocadas por una noche de farra y cachondeo?

- La verdad es que a estas alturas no me creo nada de nada, pero te imaginas qué…

- Perdona, Miguel, he de dejarte pero empieza a llover… descuida, mañana tendrás las tres fotos… a Pepe… en El Príncipe… mañana viernes… mañana…

- Gracias, Rafa… gracias, amigo… si me toca te invitaré a una 'birra'…

Será tacaño el cabroncete de Miguel. Así que si le toca la lotería de Navidad gracias a mis fotos, sólo me invitará a una cerveza, sin alcohol… ¿Saben por qué me j… encontrarme a Miguel? Pues porque tiene la facultad (¿) de enrollarse en el peor momento y dejarte con la mosca tras la oreja. Ahora tengo que buscar tres fotos en las que puedan leerse dorsales y, por supuestísimo, buscar yo también esos décimos de lotería, no sea cosa que la aparición se haga realidad y continúe siendo además de pobre, un desgraciado que tuvo la suerte (¿) en sus manos,

Está bien, para que veáis que no soy egoísta, los números que tocarán este 2015 la lotería son 10.820, 10.314 y 24.811… los tres salen seguro, según Miguel, pero si le veis, mutis por el foro, ¿Vale? Venga, vamos a ver cómo consigo yo estos numeritos… si es que…