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Intentar explicar mi experiencia con la Isla del Rey es tratar de explicar miles de impresiones, recuerdos y experiencias que vienen a mi mente. Desde mis primeras visitas quitando maleza y mis pésimos esfuerzos por ser un ayudante de albañil, hasta ver la evolución que hemos conseguido a día de hoy.

Los últimos trece años han pasado tan rápido que tengo que volver a pensar en el estado del edificio en esos días. Era un triste ejemplo de un edificio histórico abandonado, pero una vez magnífico, entonces cubierto de graffitis, muros y techos derruidos y una torre cerca de caer. Recuerdo la batalla contra la vegetación que constantemente surgía de una semana a otra.

Tengo que preguntarme, ¿qué nos hizo ser voluntarios volviendo cada domingo cuando este inmenso proyecto parecía una tarea ridículamente más allá de nuestras capacidades? Debe ser algo relacionado con la camaradería, el sentido de pertenencia a un grupo motivado y mixto de personas de diferentes orígenes y países y el liderazgo impávido que nos inspira a hacer ese gran esfuerzo para salir de la cama temprano cada domingo por la mañana.

Como ocurre tan a menudo en situaciones de voluntariado, las recompensas pronto fueron evidentes. Podríamos ver, de forma gradual pero inexorable, una situación cambiante. Más voluntarios comenzaron a unirse, más visitantes vinieron a ver lo que estaba sucediendo y más donaciones comenzaron a pagar por el trabajo profesional que se necesitaba.

A medida que aparecían más y más visitantes de habla inglesa, se hizo cada vez más evidente la necesidad de guías regulares de inglés; actualmente formamos un equipo de 5 guías voluntarios para cuidar el creciente número de visitantes extranjeros y días de visita. Puedo decir con certeza que, como guías voluntarios, todos disfrutamos inmensamente de la reacción de nuestros visitantes que se sorprenden de lo que se ha logrado gracias al extraordinario trabajo y esfuerzo de voluntarios y por supuesto, donaciones.

También es gratificante ayudar con las traducciones, usamos tanto español como inglés para garantizar que todos entienden lo que se dice y lo que está sucediendo en todo momento. Como en la mayoría de las organizaciones grandes o pequeñas, la buena comunicación es uno de los factores clave para las relaciones armoniosas entre todos nosotros.

Nuestro futuro ahora es emocionante; la Isla del Rey está en la cúspide de cambios importantes, que serán la culminación de todos estos años de trabajo. Tal vez la mayor satisfacción de ser un voluntario es pensar que hemos hecho una pequeña contribución, cada uno según nuestra capacidad personal, hacia el futuro de la pequeña, increíble y hermosa isla que es parte de nuestro patrimonio y el legado para las generaciones venideras.

Beverley Ward

Patrono Fundación Hospital de la Isla del R