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(Artículo publicado en el Diario Menorca el 4-4-2020)

Esta semana retomaremos lo iniciado a principios de Febrero de este año, con el artículo «Lápidas conmemorativas, placas y carteles en la calle», que hemos ido alternando con artículos de contenidos diversos.

Hace unos días P.C., lector habitual de esta sección, me envió fotografías de letreros callejeros, la mayoría de diversos lugares de nuestro país, en los que había estado de vacaciones.

Empezaremos por la calle madrileña, denominada calle de Salsipuedes, existen muchas calles esparcidas por toda la geografía de España, o sea, en muchos pueblos y ciudades con este mismo nombre, se debió a que eran calles impracticables por su estrechez e intransitables...vatuadell cent llamps, estos días de confinamiento es un poco jodido vivir en la Calle de Salsipuedes (de cualquier ciudad o pueblo), ya que no puedes salir de casa, excepto en casos de primera necesidad...y cuando estás en la calle otra vez el nombre te recuerda... salir si puedes.

Otra de las que me envió, era calle de Mira el Rio Baja, esta ubicada en el Madrid de los Austrias; resulta que en la época medieval, según la leyenda, los vecinos gritaban «¡Mira el rio, mira el rio!» a raíz de las lluvias torrenciales varios meses seguidos, esto era en el siglo XV...cuando se urbanizaron esos parajes, se la llamó calle de las Pulgas...Otra vía perpendicular es la calle de Mira el Rio Alta, a esta se le conoció por calle de Juan García Pasarón. Otro ejemplo de los muchos nombres peculiares, con los cuales fueron bautizadas las calles.

Hoy terminaremos con calle del Perro, de Bilbao...esta calle del Casco Viejo, toma su nombre precisamente de la Fuente del Perro, que data del siglo XIX, cuando se construyo dicha fuente con tres grifos, que representaban tres pequeñas cabezas de león...la leyenda nos dice, que los bilbaínos de la época, los confundieron con cabezas de perro, ya que en la época no se trataba de un animal conocido...Si se hubiera descubierto el cine, seguramente cuando hubieran visto las películas de la Metro Goldwyn Mayer, que al principio aparecía un león rugiendo en el centro de un rollo de película: «Ars gratia artis» (expresión en castellano «el arte por la gracia del arte»)... no hubieran confundido los leones por perros, por cierto, era conocido popularmente como «El León de la Metro».

Ayer recibí un correo electrónico, de un lector habitual que prefiero quede en el anonimato, que decía: «El otro día en tu escrito del mochilero sobre el agua, había una foto de la fuente de la plaza Explanada, que la niña Gracia, una de las esculturas, estaba pintarrajeada (no es la primera vez) y lleva mucho tiempo así, y sin limpiarla. Quiero denunciar ante ti ese tipo de gamberrada. Es una pena que los responsables del mantenimiento municipal sean tan poco sensibles a estos desmanes, limpiándolos o restaurándolos.». Totalmente de acuerdo, amigo mío.

Os deseo tengáis una buena salud, salgáis de casa lo imprescindible y aplaudir a las personas, profesionales y voluntarios, que están en primera línea combatiendo está terrible pandemia.