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Me pregunto a veces, como un único y sencillo encargo puede derivar en una colección.

En este caso los vitrales.

Y como el que tenía que ser el primero y único, haya sido al final el último.

En esta isla de voluntarios expertos en todo y maestros de nada, los vitrales en sí nunca existieron en el viejo edificio, pero puestos a interpretar y recomponer lo que fué este histórico hospital -primero ingles y después español- al final hemos hecho cosas que ni siquiera soñábamos para rescatar y embellecer su recuerdo.

Este último encargo es el que más me ha calado sentimentalmente.

Por la idea de a quienes va dedicado: las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl y su pequeña capilla.

Allí donde pasaban su tiempo de oración, en la planta primera del ala sur del hospital, la última zona restaurada, se han instalado hace un par de semanas -después de un verano de intenso trabajo y cientos de horas- estos dos últimos vitrales.

Mientras trabajaba en ellos pensaba en lo mucho que hubieran disfrutado estas mujeres, de esta visión de pájaros y flores en la hora de sus rezos, antes o después de su imprescindible trabajo y el mimo con el que se han colocado todos los elementos de la capilla, cuidadosamente guardados hasta este momento.

Nuestro pequeño homenaje a estas monjas.

Va por ellas.

La técnica empleada en estos vitrales de la Isla del Rey es la de Tyffany.

Es algo diferente a la clásica técnica emplomada, más complicada y laboriosa que ésta última, pero a cambio es más diversa y los resultados pueden ser mas detallistas, con lo que gana en expresividad y da además, una estructura muy sólida y segura al vitral. Ya que a pesar de la fragilidad del material básico, cuantas más piezas tiene, mas fuerte hace al conjunto.

La técnica Tyffany fue creada por el diseñador industrial americano Louis Comfort Tyffany, pintor y creador de vitrales y lámparas, cuya obra está basada en el naturalismo y fué además impulsor del Art Noveau a finales del siglo XIX y principios del XX.

Y cada uno con su tarea, que de todo hacemos todos. Así contribuimos los voluntarios con nuestras diversas ideas y actos, a rescatar un trozo de historia, para que la ruina y el olvido no se apoderen de esta pequeña isla en el corazón del puerto de Mahón.

Maria Paz de Andrés

Voluntaria