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-Sor María: esas manchitas que tiene usted en la piel no es nada de lo que se deba preocupar. Le dice el Doctor Bustamante, director del Hospital militar de la Isla del Rey.

- Lo único que necesita es ir a tomar baños de agua de mar.

- Pero doctor Yo no sé nadar y no me he metido nunca en el mar, ni de niña, yo nací en Alaior.

- No se preocupe Sor María, hable con la madre superiora y ella le explicará.

Lo que hoy conocemos como la caseta de “Es Moll de Ses Monges”, ademas de ser usada por las mojas del Hospital para cambiarse los hábitos por una especie de camisón que usaban como bañador (para no escandalizar al Angel de la Guarda) y entrar en el mar por prescripción facultativa, en la plallita que tiene al costado. A lo largo de la historia del Hospital este muelle ha tenido diferentes usos. Aunque como muelle tiene el inconveniente de estar muy expuesto a la Tramontana.

Basándonos en fotografías antiguas podemos ver que la caseta de piedra reconstruida por Autoridad Portuaria hace unos años, sobre las ruinas de la ultima caseta, fue parte de

la cochera de la barca del Hospital y también casa de baños como se puede deducir por las bañeras halladas a su costado derecho y la cocina que debió utilizarse para calentar el agua de mar en invierno.

En las fotos antiguas, podemos apreciar una cochera similar a la que hoy día en Cala Teulera, guarda La Falúa, bote de autoridades que se construyó para Alfonso XIII en su primera visita.

A los dos lados del Muelle de Las Monjas había dos plallitas. Mirando desde el mar al lado izquierdo una pequeña cala de poca arena y piedras que solo usaban los pescadores, y la del lado derecho una plallita bastante buena que permitía a las familias disfrutar una tarde de baño mientras el padre en aguas poco profundas hacia arreglos o limpiaba el llaud.

Desde hace unos años esta “bonita plallita” casi ha desaparecido a causa de la elevación del nivel del agua en el Puerto de Mahon y también a causa de deslaves del monte que la limita, pero que hemos podido detener con éxito construyendo una buena pared seca y plantando tamarindos.

Hoy día cuidamos de esta zona con cariño y esfuerzo y la ayuda por supuesto importante de Autoridad Portuaria y procuramos que pueda utilizarse para aproximarse a la Isla del Rey con una pequeña embarcación y aprovechar para darse un refrescante baño después de la visita al Museo del Hospital y la Galería de Arte de Hauser&Wirth, que nos carga de historia y nos calienta la cabeza y el alma de emociones.

Las monjas a las que el Hospital debe su parte amable y familiar eran Hermanas de la Caridad de San Vicente Paul que llegaron a este hospital en 1898 y estuvieron hasta el final en 1964 dando ese toque familiar a los enfermos tan necesario para su recuperación.

Las bañeras y la cocina para calentar el agua, fueron descubiertas en trabajo posterior a la última restauración de la “caseta”. Trabajo llevado a cabo por un grupo de voluntarios ingleses dirigidos por Alexander Speakman y Michel Morris.

Yo desde hace años me dedico con cariño a mantener “Es Moll de Ses Monges” de forma adecuada para que todo el mundo lo pueda disfrutar, como es el espíritu de La Isla del Rey.

Miguel Dorronsoro

Voluntario