El verano, ¿perenne o caduco?
Foto: Josep Bagur Gomila
Esta foto de ayer es muy significativa. La turista, con sus tumbonas plegables, se dirige hacia una espléndida playa de Son Xoriguer, todavía con pocos bañistas pero con más arena de la que ha tenido en los últimos años. Y en ese tránsito pasa junto a dos árboles, dos moreras, que todavía no han despertado a la primavera, aunque están en ciernes. Nuestra máxima aspiración económica y social parece ser que el verano deje de ser como un árbol caduco, que descansa con el frío y se espande en el estío, y pase a ser una especie perenne, tan parenne como sea posible, aunque sea pervirtiendo los ritmos naturales. Es probable que con el cambio climático las hojas salgan antes y eso debería ser suficiente por inevitable. Cultura, deporte, congresos, gastronomía, todo eso para alargar la temporada, antes que el sol y playa.
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