Marcello, protagonista y narrador de Se acabó el recreo, es un joven inmaduro que toma sus decisiones al azar. Para hacerle la contraria a su padre, propietario de un bar, decide solicitar una generosa beca para iniciar un doctorado en Literatura en la Universidad de Pisa.
Dario Ferrari (Viareggo, 1982), autor de Se acabó el recreo, es un novelista maduro que conoce bien aquel centro superior de estudios toscano pues allí se doctoró en Filosofía. En su última novela hace un retrato hilarante del mundo académico, de sus ‘capillitas’, sus grandes ‘popes’ y de cómo esconden las razones ocultas de sus caprichosas decisiones.
A su personaje, a Marcello, le toca como tutor nada más y menos que Sacrosanti, «el Mourinho de la literatura italiana» quien le encarga que investigue sobre Tito Sella, un oscuro autor, mucho más conocido por su pertenencia a un grupo terrorista que por su obra literaria.
El nuevo doctorando comenzará a introducirse en los recovecos de la vida académica y empezará a aprender algunas de sus claves. Su primera conclusión será que «si uno quiere comprender a un autor deberá leerlo y luego abstenerse de leer a sus críticos». La segunda es que «los estudios literarios son, en última instancia, una lucha entre bandas» y por lo tanto, «si quieres ser crítico lo primero que debes hacer es elegir en que banda quieres alinearte». En un capítulo antológico describe como los supuestos elogios de un autor a otro son en realidad duros reproches y hay que estar en el ajo para entender estas condenas convenientemente disfrazadas de alabanzas.
Una vez armado con estos sutiles conocimientos de los mecanismos de las guerras internas universitarias, el joven se meterá de lleno en la investigación sobre Tito Sella, la relación con sus compañeros de la revolucionaria Brigada Ravachol, sus atentados. al principio completamente inocentes, y su prolongado paso por la cárcel.
Para entenderlo mejor escribirá una biografía. Ésta viene a ser como una segunda novela en la que documenta el ambiente de los grupos revolucionarios italianos que giraron en la órbita de las Brigadas Rojas y las inquietudes de sus jóvenes miembros.
El título de la novela es un irónico guiño a la frase que el presidente francés Charles de Gaulle pronunció para intentar ridiculizar la revuelta de obreros y estudiantes de Mayo de 1968. Ni Marcello ni Tito sienten que el recreo se acaba, sino que la vida les carga de unas responsabilidades que no habían esperado asumir. Ambos están enredados en unas relaciones de pareja que también se les escapan pues crecieron sin preparación para el amor. De alguna manera sus vidas son paralelas.
El éxito que la novela ha tenido en Italia está justificado.
Se acabó el recreo
Dario Ferrari
Traducción de Carlos Gumpert
Editorial Libros del Asteroide
393 páginas
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