La antropóloga Sarah Blaffer Hrdy (Dallas, 1946) había creído siempre en la tesis dominante de la biología evolutiva, según la cual las hembras tenían una tendencia innata a cuidar a los bebés mientras que los machos no sentían esta necesidad. En su libro El padre en escena, esta científica norteamericana narra su caída del caballo tras convertirse en abuela y conocer los resultados de investigaciones recientes que prueban que la biología de los varones cambia cuando cuidan a un bebé.
En efecto, los endocrinólogos han documentado cambios en los niveles hormonales de estos padres cuidadores parecidos a los cambios que se producen en las madres, y cuando los neurocientíficos empezaron a escanear sus cerebros descubrieron que respondían igual que los de las progenitoras.
Pero ese es un importante dato que la autora desconocía hasta hace muy poco y por eso, tanto en su vida personal como en su trabajo científico había creído en las tesis darwinianas vigentes.
«He escrito libros enteros -afirma Sarah Blaffer- sobre el cariño y la ambivalencia maternas, haciendo hincapié en el primero. Pocas personas son más conscientes que yo de que los humanos somos mamíferos cuyas hembras invierten mucho en sus crías, gestándolas, pariéndolas y amamantándolas después. Estos procesos predisponen a las madres a responder y preocuparse con fervor por las pequeñas criaturas que necesitan cuidados. Los cerebros maternos están programados para garantizar que así sea. Según el guion darwiniano estándar, mientras las hembras cuidaban a los bebés, los machos estaban ocupados en otras cosas, sobre todo compitiendo por el estatus y la pareja, a menudo de forma violenta o coercitiva. La principal prioridad de una madre probablemente sea el bienestar de sus hijos, mientras el de un padre es engendrar cuantos más mejor».
Lo cierto es que hasta muy recientemente existía una expectativa casi universal de que el cuidado de los bebés es una tarea propia de las mujeres. Los cambios culturales que han venido de la mano de las luchas feministas han producido un aumento del compromiso de los hombres en la crianza de los bebés. Pero lo más asombroso es que esta transformación no solo sea cultural sino también biológica, como pone de relieve El padre en escena.
Blaffer anima a profundizar en la transformación de los papeles entre los sexos en la crianza de los hijos y a combatir las tendencias reaccionarias que quieren volver a imponer los roles tradicionales de hombres y mujeres.
El padre en escena. Una historia natural de hombres y bebés
Sarah Blaffer Hrdy
Traducción de Patricia Teixidor
Editorial Capital Swing
512 páginas
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