Cómo caer en una obsesión

"Si no fuera por las sílabas del sábado"

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La vida de Ana da un vuelco total por una llamada de teléfono. Cargaba un cuadro de grandes dimensiones y llamó a su marido André para que le ayudara a transportarlo. Complaciente, el hombre fue en su ayuda y al salir del portal tuvo la desgracia que un vecino se arrojó de una ventana del mismo edificio y cayó sobre él con resultados fatales para los dos.

Con este punto de partida, la escritora brasileña Mariana Salomão (Sao Paulo , 1986) reflexiona en Si no fuera por las sílabas del sábado sobre el duelo y la depresión de la que parece imposible salir. No es, sin embargo, una novela triste pues otros personajes aportan vitalidad a la trama.

Éstos son, principalmente, Catarina, el bebé del que estaba embarazada Ana cuando se produjo el cataclismo, Madalena, su vecina, viuda a su vez del suicida y Francisca, una niñera que le saca de apuros a menudo.

Madalena se vuelca en ayudarla mientras que ella en el fondo de sus rumiaciones obsesivas la acusa a ella de la muerte de su marido. Pese a todo sin su ayuda, Ana no podría seguir adelante. En realidad, ellas dos, la niñera y la pequeña forman una nueva familia.

«Se deja caer en mi sofá -dice Ana refiriéndose a su vecina- como si el gesto pudiera ser casual. Cuando abraza uno de mis cojines lo que dice sin hablar es que me aprecia muchísimo, que es mi amiga legítima, y lo que yo respondo cuando le entrego una copa de vino rosado sin decir nada es que yo también la aprecio, pero entonces me siento en el otro extremo del sofá, encima de una de mis piernas para no sentarme del todo, y con ese gesto le digo que no importa cuánto la aprecie y cuántos cumpleaños acumulemos y cuántas plantas podamos mantener juntas, yo siempre voy a preferir que ella no existiera, que nunca hubiera escogido este edificio para vivir con su hombre-orquídea del que se olvidó cuando se secaba delante de la ventana y lo que ella me dice cuando da unos pocos sorbos y deja la copa en el suelo y comenta que está pensando en hacer un bizcocho de calabaza es que ella sabe, que lo sabe y que no pasa nada, ella existe, es lo que tenemos».

Si no fuera por las sílabas del sábado es la historia de una obsesión, de la que la víctima puede salir gracias al amor y los afectos. La novela no solo cura a la protagonista, sino que también puede curar al lector.

Si no fuera por las sílabas del sábado

Mariana Salomão Carrara

Traducción de Regina López Muñoz

Editorial Tránsito

204 páginas