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Carta abierta a Victoria Landa (Foro Illa del Rei)

Aunque sea un poco a destiempo (lo suyo hubiera sido hacerlo inmediatamente después de tu intervención en el Foro) recojo el guante de tu interpelación a los menorquines sobre tu proyecto empresarial de transformar Camp Sarc en un hotel rural de lujo. Mi respuesta, conociéndote, es un sí rotundo. Además, tengo el convencimiento de que establecimientos hoteleros como el que proyectas en esta emblemática finca del término municipal de Sant Lluís es lo que nuestra Isla necesita para reforzar su oferta de calidad y ganar competitividad frente a otros destinos turísticos.

Así, pues te animo a seguir con tu idea de invertir en nuestra Isla y pienso que muchos otros menorquines te dirían exactamente lo mismo si conocieran la excelencia de vuestro Hostal Landa (Burgos) que regentáis desde hace años y en el que tuve la satisfacción de pernoctar una noche durante un viaje organizado por nuestro común y recordado amigo, Antonio Allés, que, como bien conoces, era un gran admirador vuestro.

No obstante, comprendo perfectamente tu estado de frustración y desánimo después de que la tramitación de la licencia te haya llevado cinco largos años de trámites administrativos y burocráticos con el agravante sobrevenido de que, entretanto, se haya colado de rondón la grave crisis económica que padecemos.

Pero realices o no la inversión, espero que sigas pasando los veranos entre nosotros porque familias como la vuestra, al igual que otras muchas que un día apostaron también por Menorca adquiriendo algún tipo de propiedad aquí, formáis parte de nuestro propio paisanaje y, además, habéis contribuido, y seguís haciéndolo, muy eficazmente al desarrollo de nuestra Isla. Un abrazo.

F. Tutzó
Maó


Nudismo y desnudarse

El pasado domingo, estuve en la playa "des Moro" en la isla del Colom. Día de gran afluencia de barcos a sotavento de la isla, con la playa llena de bañistas, especialmente familias al completo con un montón de niños de todas las edades. Con mi esposa, estábamos por la tarde, de tertulia, sentados, sobre un gran tronco en la orilla, con los pies en remojo.
En esas estamos, que llegan dos kayaks, remadas por tres "cachas" y una joven de edad indefinida. Venían vestidos, incluyendo chalecos salvavidas, por si acaso. Arriban a la orilla, se bajan, y dos de ellos, varones, se despojan de toda la ropa –o sea se desnudan– incluyendo un pequeño bañador de estos que llaman taparrabos.

Uno de estos "guaperas", como Dios le trajo al mundo, se dio un buen paseo de ida y vuelta un par de veces, por toda la playa, exhibiendo generosamente sus atributos masculinos, sin pudor alguno, al contrario y en especial por delante de la zona donde estaban un buen número de estas familias con sus hijos y nietos, que, estoy seguro, no fueron a esta playa ni para practicar el nudismo ni para contemplarlo.

Reflexión: Nudismo, sí, claro. Pero sólo acotado en zonas bien amplias, anunciadas y especialmente destinadas a ello, para que podamos disfrutarlo a nuestro antojo. En una playa dominguera y saturada de familias con hijos, aparece un tipejo, que se "desnuda" y se pasea en pelota, por delante de todos los presentes sin respeto alguno. Respeto, no de él –que no lo tiene– sino para los demás presentes que tal vez, sí que les importe. A mi modo de ver, esto no es nudismo, más bien es exhibicionismo, y que, además, está castigado por el Código Penal.

Una mujer en top-less puede ser –no siempre– muy atractivo. Un hombre desnudo de sus partes pudentes es un tanto fachoso.

Éstos son los hechos que en verano se suceden constantemente, en muchas playas familiares menorquinas y que denuncio, aunque con pocas esperanzas de que se evite. Mi mujer y yo, que ya estamos de vuelta de "casi" todo, seguimos pensando que nuestra libertad termina donde comienza la de los demás, y que el respeto es fundamental para la convivencia. Somos así de "carcas".

Juan Carlos Amich
Maó