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Han pasado 110 años desde que el 8 de marzo de 1904, 129 mujeres, encerradas para mejorar sus condiciones laborales, murieron carbonizadas en un incendio en la fábrica donde trabajaban.

Una mujer en paro es un error que la sociedad actual no se puede permitir. Esto es lo que conocemos como CORRESPONSABILIDAD y, es nuestro mensaje en el Día Internacional de la Mujer en el 2014.

Desde entonces es mucho lo que se ha conseguido pero no lo suficiente.

- La Declaración Universal de los Derechos Humanos defiende la igualdad entre hombres y mujeres.

- La Constitución Española la garantiza y protege en nuestra nación.

Hemos avanzado en legislación, tanto a nivel nacional, como en el ámbito de la Unión Europea, pero debemos avanzar en realidades.

Con la ley se garantizan nuestros derechos, pero por desgracia, el principio de igualdad, protegido por la ley, la calle y la realidad nos lo niega.

A día de hoy, persisten múltiples discriminaciones, directas o indirectas. Discriminaciones frente a las que la sociedad tiene la obligación y el compromiso de actuar.

Ante esta situación, la respuesta de la sociedad debe ser:

- Realista y no demagógica.

- Firme en las medidas a desarrollar.

- Eficaz.

La respuesta de la sociedad debe buscar la integración y no la división.

La respuesta de la sociedad debe ser reivindicativa y no publicista.

La respuesta de la sociedad debe ir hacia la igualdad y no la paridad.

La respuesta de la sociedad deben darla hombres y mujeres, porque la igualdad no es un problema de mujeres, sino que es un grave problema de toda la sociedad.

Por ello desde MUJERES EN IGUALDAD defendemos que la política de igualdad entre mujeres y hombres es esencial en un Estado democrático y de Derecho. Es una cuestión de Justicia y de Derechos Fundamentales.

Del mismo modo, la igualdad es una cuestión económica. Una sociedad será más productiva si incorpora al 50% de la sociedad, las mujeres, con todo su potencial intelectual, creativo y su talento.

Por ello, aunque las cifras de paro sigan siendo un drama para todos, hoy podemos afirmar que estamos en una sociedad con más igualdad porque en este año hay 58.732 mujeres desempleadas menos y, que en el último mes un número elevado de mujeres han firmado un contrato.

No es suficiente, pero es un paso fundamental para salir de la crisis. Como también es imprescindible en esta cuestión, facilitar el equilibrio en el ejercicio de responsabilidades de mujeres y hombres en las esferas públicas y privadas para que cada persona pueda elegir libremente su proyecto vital.

Corresponsabilidad es compartir, entre varias personas, la responsabilidad ante una situación o actuación determinada.

Las personas corresponsables poseen los mismos deberes y derechos en su capacidad de responder por sus actuaciones en las situaciones que estén a su cargo.

Una mujer no debe ser castigada por tener que optar entre su vida laboral y familiar, como un hombre no debe verse excluido de participar activamente en el cuidado y educación de sus hijos.

La Corresponsabilidad es la política de igualdad de nuestra época.

Es la mejor manera de no perder, por el camino, a ninguna mujer preparada que nos haga crecer como sociedad.

Es el medio más adecuado para que los padres rompan con los tópicos ancestrales de su papel en la familia.

Es la garantía de sostenibilidad del estado del bienestar tal y como lo conocemos.

Hablar de igualdad entre hombres y mujeres es manifestar nuestro rechazo más absoluto a la violencia contra la mujer. En lo que llevamos de año, han sido 12 las mujeres asesinadas y 5 los menores que han quedado huérfanos.

Nuestro recuerdo para ellas y sus familias. Y a todas las mujeres que están sufriendo, en soledad, episodios de violencia, les manifestamos nuestro apoyo, nuestra ayuda y la convicción de que la denuncia no es un riesgo, es la única garantía que tenemos como sociedad de poner a disposición de las víctimas los recursos judiciales, asistenciales, económicos y garantizar su seguridad. El 72% de las mujeres que denuncian salen de la violencia, hagamos entre todos que este porcentaje aumente.

Pero mientras que nosotros avanzamos hacia una nueva etapa en la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, en el resto del mundo son muchas las mujeres que no pueden ejercer sus derechos fundamentales como seres humanos.

Es de justicia que las recordemos y que las tengamos presentes, no sólo hoy, sino en nuestro día a día.

Mujeres que son humilladas, vejadas o maltratadas tan sólo por el hecho de haber nacido mujer.

Mujeres a las que se les impide el acceso a la formación, como a la niña Malala, una heroína de nuestro tiempo.

Que se les apedrea o se vierte ácido sobre su rostro.

Es aberrante que, en el siglo XXI, el rostro de la pobreza sea de mujer y que incluso, a algunas de ellas se les obligue a cubrirlo.

Estas mujeres son motivos más que suficientes para mantener nuestro reto en la consecución de la igualdad.

Hoy es un día para la esperanza, para la renovación de nuestro compromiso por la igualdad, que no es otra cosa, que nuestro compromiso con el ser humano.

La igualdad no tiene color político, ni nacionalidad.

Es patrimonio de todos y, por ello , sólo desde la unidad conseguiremos que sea una realidad en nuestra sociedad.

Y ojalá, que en un futuro muy cercano no tengamos que conmemorar el Día de la Mujer sino que celebremos, porque ya sea una realidad en la vida de hombres y mujeres, el Día de la Igualdad.


Mujeres en Igualdad