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Me doy cuenta que me caduca el DNI, en estos momentos estoy de vacaciones y voy a intentar renovarlo ahora, localizo por internet el número automático de cita previa y la página web. Resulta que en Mahón no funciona este servicio, hay que llamar directamente a la oficina de renovación, «Será más fácil que hablar con una máquina o rellenar formularios», ¡nada más lejos de la realidad¡

Mi llamada se resume así:

- Buenos días, ¿podría darme cita para renovación DNI?

- Para el día 10
- Ese día no estoy en Menorca , viajo por razones de trabajo.
- ¿Podría darme para antes del 10, el 4 el 5 ó el 9?, tengo días libres. O si acaso para el mes que viene que tendré libre a partir del 15

- Imposible, la lista se rellena por orden, si no está completo un día no se da para el siguiente.

- ¿Y para el 11?, intentaría salir del trabajo.

- Ya le he dicho que hoy relleno la lista del 10 y si quiere para el 11 tendrá que llamar mañana, yo creo que sobre las 13 ya podrá pedir para el 11, creo que ya habrá llamado suficiente gente para completar el 10 y podré empezar con el papel del 11 y si no es así me llama pasado mañana.

- Entonces, ¿podría ir renovarlo sin cita previa y esperar turno?.

- No se puede.

Se me queda la cara de sorpresa del emoticono ese amarillo del whatsapp y doy la batalla por perdida. Mañana intentaré tener un minuto en mi trabajo para llamar y cruzar los dedos para que la lista ya haya pasado al día en que yo pueda escaparme del trabajo y a una hora decente.

Bromas aparte. Sé qué el funcionario que te atiende tiene órdenes y debe cumplirlas pero ¿quién le permite este sistema de lista cerrada?.

En el siglo XX, la era de la informática y de la tecnología, etc, resulta que tienes que pasar por la voluntad de una única persona. Cómo se explica que si renuevas el DNI en cualquier otra oficina de Balears o del resto de España puedas llamar a un servicio automático o solicitar cita a través de una web, en las dos opciones se puede elegir día, hora e incluso mes con una sola llamada o click.
Perdón, me equivoqué, estamos en el siglo XXI, ¿o no?