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Los cuatro líderes políticos que el 20-D se presentaban a la presidencia del Gobierno, ninguno de ellos sacó nota suficiente, ni entendimiento entre ellos para poder formar un gobierno de consenso. Es lo que los ciudadanos pedían olvidándose ya de mayorías absolutas, pero no fue así, tenemos que volver a unas nuevas elecciones el 26-J con el gasto que conlleva.

En la empresa privada cuando un líder no está a la altura de las circunstancias es apartado del cargo, pero en política no ocurre lo mismo porque se vuelve a jugar con la misma baraja, ¿serán capaces de jugar la partida hasta el final con entendimiento y consenso?

Sea quien sea el que lidere el nuevo gobierno tiene que llegar a un consenso con el resto de fuerzas políticas, olvidándose de las siglas y pensando más en los ciudadanos y realizar los cambios y reformas pero duraderas que exigen las circunstancias del siglo veintiuno.

Ya no se pueden demorar más donde el paro sigue en cotas elevadas, la educación cambiando cada dos por tres, acoso escolar, violencia de género, las pensiones, la justicia, la sanidad pública, una vivienda digna ya que hay mucha gente que todavía duerme en la calle, con la cantidad de viviendas vacías que existen en toda España.

Después del 26-J que se pongan a trabajar en aquello que realmente es urgente, que es lo que piden los ciudadanos y dejen a un lado tanta foto.