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Conozco las fiestas y tradiciones de nuestro territorio y respeto muchas de ellas aunque no las pueda entender por ser atea como soy. Todavía practicamos algunas que, como sociedad que mira al futuro deberíamos relegar al pasado. En esta ocasión y por su reciente celebración daré mi opinión acerca de Sant Antoni.

Como animalista que soy me gusta ver como la población sale a la calle con sus mascotas o como prefiero llamarles yo, compañeros de vida, y los muestra a sus vecinos con una mezcla de orgullo y admiración mientras esperan en la puerta de la parroquia la deseada bendición.

Sin embargo, estoy totalmente en desacuerdo con la exhibición y sorteo de animales ya sean domésticos o de granja. La inmensa mayoría de leyes sobre bienestar animal de las CCAA prohíben el uso de animales como premios o sorteos, porque el bienestar del animal queda entredicho y partiendo de la base de que no son un objeto o una mercancía, se debería aplicar la ley aunque sea una tradición con muchos años de historia lo que la hace quedar exenta de su aplicación. Me pregunto si no se podría sustituir al animal, y me refiero a su exposición ante la multitud, por una escultura de barro que pudieran bien hacer un grupo de escolares ,¿no sería más divertido? No creo que en la isla en la que vivimos haga falta exponer al animal como recurso educativo ya que los podemos ver por doquier, hurgando el terreno con sus hocicos en busca de raíces.

Estoy convencida que nos encontramos en un punto de inflexión, que gracias al esfuerzo de muchas personas los animales tienen cada vez más voz y seguiremos luchando para alcanzar un mundo mas justo para ellos. Seguramente de aquí a veinte años, la sociedad en la que vivimos que sufre de un apetito voraz por la carne habrá cambiado ya sea por salud, por el planeta, o por ellos, los animales con los que cohabitamos el planeta.

Uno de los personajes más interesantes de la historia cuyas reflexiones merecen ser leídas y nombradas decía: «El progreso de una nación y su grandeza moral, pueden ser valorados por la forma de tratar a sus animales». Y con esta reflexión de Mahatma Gandhi acabo mi carta de opinión.