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Los dos grandes partidos estatales -PP y PSOE- sufrieron ayer un severo castigo electoral. El bipartidismo ha experimentado un significativo retroceso, lo que abre un nuevo escenario político en el que crece Izquierda Unida y emerge Podemos, liderado por la figura mediática de su portavoz, Pablo Iglesias. En conjunto, se ha registrado un avance de la izquierda, pero ha quedado atomizada.

Los dirigentes del PP y el PSOE -gobierno y oposición- deben extraer de estos comicios las lecciones que han dado los ciudadanos. En primer lugar una enorme desafección, que en Menorca provoca una abstención del 63,6 por ciento. También deben valorar la contestación a sus políticas tradicionales, expresadas a través de formaciones alternativas.

Los electores les han lanzado un mensaje de firme advertencia en el sentido que no resuelven los problemas cotidianos y que es preciso aplicar nuevas fórmulas. En Menorca también se registra la caída del bipartidismo, pero en relación a las europeas de 2009, el PP de Santiago Tadeo -que gana las elecciones- incrementa la distancia que le separa del PSOE y gana en cinco de los ocho municipios, uno más que hace cinco años.