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El alcalde de Es Migjorn Gran ya puso de manifiesto su original concepción sobre las competencias que ejercen y gestionan los ayuntamientos en materia urbanística al afirmar, en el pleno celebrado el 27 de marzo, en el que fue debatida la denuncia del PP por haber tolerado obras ilegales, que «no es un disparate conceder licencias con informes en contra». Ahora, Pere Moll Triay protagoniza otra irregularidad al consentir la caducidad del expediente disciplinario incoado por el Ayuntamiento que preside al haber realizado obras ilegales en su propia casa.

Esta cuestión adquiere una mayor gravedad al cometerla quien, lejos de cualquier actuación inspirada en la discrecionalidad, está obligado a cumplir y hacer cumplir la ley. El primer edil de Es Migjorn Gran tenía que haber actuado con mucha más responsabilidad, diligencia y dar ejemplo.

¿Con qué autoridad exigirá y aplicará ahora Pere Moll a los migjorners la legalidad y la disciplina urbanística que ha burlado con el ardid de la caducidad? El alcalde de Es Migjorn Gran está obligado a dar explicaciones, además de respetar y cumplir todos los instrumentos de ordenación urbanística.