TW

La festividad litúrgica de Sant Antoni, patrón de Menorca, se ha convertido en la gran fiesta de la menorquinidad y de la identidad de los menorquines. El Consell instituyó esta jornada en 1981 como Diada del Poble de Menorca y hoy tiene repercusión y sentido en toda la Isla.

El obispo Salvador Giménez dirigió varios mensajes a la comunidad diocesana en los que apeló a la perfección y la ejemplaridad, e incluyó la serena advertencia de que «no podemos tratar a todos como corruptos porque la gran mayoría de funcionarios y ciudadanos son honestos y con auténtica voluntad de servicio». Ramón Sampol, alcalde de Ciutadella, propugnó «devolver la credibilidad a los políticos, para volver a ser modelo y ejemplo de buenas prácticas; para que crezca, de nuevo, la esperanza, y no repetir los errores del pasado».

Y el presidente del Consell, Santiago Tadeo, reclama la movilización y el apoyo de los menorquines a favor de la Menorca Talayótica para ser declarada Patrimonio de la Humanidad. Este año el Gobierno central decidirá cual será la candidatura de España que optará a este título internacional. Contenidos de presente y futuro para la fiesta de Sant Antoni.