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El nuevo equipo de gobierno del Consell insular ha decidido, según anunció ayer la presidenta Maite Salord, rescindir el contrato con la UTE adjudicataria de las obras de mejora de la carretera general en el tramo Maó-Alaior. Una segunda medida consistirá en reducir el proyecto aprobado, hoy en fase de ejecución, para «ajustarlo a las dimensiones de Menorca, isla Reserva de la Biosfera».

Y por último convocará una nueva licitación y adjudicación de esta infraestructura viaria, tras aprobar el Ministerio de Fomento la petición de la institución insular para incrementar en un año el plazo global para la realización de estas obras, hasta diciembre del 2018.

La determinación política que ha manifestado el equipo de gobierno tripartito debe traducirse ahora en decisiones y actuaciones que garanticen la ejecución de la nueva carretera, sin acumular más retrasos y, al mismo tiempo, es preciso un acuerdo administrativo que evite reclamaciones, demandas y pleitos. Todo ello con unos objetivos necesarios y compartidos: modernizar la carretera general de Menorca, incrementar la seguridad, suprimir los giros a la izquierda y mejorar la fluidez del tráfico rodado.