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El presidente de Francia, François Hollande, lleva a cabo una gira internacional para reunirse con los principales líderes mundiales con el objetivo de articular una gran coalición contra el Estado islámico, cuna del feroz terrorismo yihadista. La iniciativa de Hollande consiste en impulsar una estrategia conjunta para neutralizar esta gravísima amenaza que provocó la masacre de París y mantiene en constante alerta a los países occidentales.

La iniciativa de Francia, que se ha visto enturbiada por el derribo de un avión ruso en la frontera entre Siria y Turquía, deberá vencer las reticencias de Estados Unidos al discrepar con Rusia sobre la manera de abordar y resolver el conflicto sirio.

Estructurar una coalición internacional en las actuales circunstancias resulta ciertamente complicado, aunque el presidente galo tiene la obligación de actuar y responder. El Estado Islámico es terrorismo duro y puro; para evitar su expansión se precisarán acciones militares, lo que no debe impedir acciones políticas y humanitarias para desactivar un fenómeno creciente, el yihadismo.

Ello exige la plena colaboración del mundo musulmán, hasta ahora ajeno al compromiso de luchar contra los radicales.