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Tres menorquines se han visto afectados en la primera remodelación del Govern Armengol. Se incorpora Ruth Mateu, propuesta por Més per Menorca aunque milite en Més per Mallorca, para cubrir la vacante ocasionada por la traumática y abrupta renuncia de Esperança Camps.

Al mismo tiempo, Marc Pons pierde la portavocía del Ejecutivo al cesar como conseller de Presidencia y ser removido a la Conselleria de Territorio, Energía y Movilidad, donde no continuará el ibicenco Joan Boned. Al frente de Presidencia, que se encarga de la coordinación del Govern, sitúa Armengol a Pilar Costa, que anteriormente ya había desempeñado este puesto. La consellera ibicenca incrementa la presencia femenina en el govern, pero no por una cuestión de imagen, sino por pura necesidad política.

El epicentro de esta crisis son los desacuerdos en Més, con tensiones entre mallorquines y menorquines que desembocaron en un motín de los directores generales contra Camps. Corresponde a Ruth Mateu retomar la dirección en Transparencia, Participación y Cultura, ahora bajo la mirada vigilante de Pilar Costa, decidida a evitar nuevas peleas que salpiquen a todo el Govern.