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Factor humano, capacidad de adaptación a los cambios, talento y trabajo basado en la cultura del esfuerzo constituyen las claves para que Menorca pueda hallar soluciones y dar respuestas a sus demandas en la encrucijada del siglo XXI. El mismo tamaño de una «pequeña isla prodigio de la naturaleza, declarada Reserva de Biosfera» constituye una fortaleza y una oportunidad para los menorquines, según Joan Pi-Llorens, consejero del BBVA, que intervino en el ciclo «(re)Pensar Menorca», organizado por el MENORCA l «Es Diari», en el marco de su 75 aniversario.

Al mismo tiempo, Pi-Llorens lanzó, desde su experiencia y larga trayectoria empresarial, una advertencia que debemos atender: el actual modelo económico menorquín es peligroso por los riesgos que entraña. Es el momento de definir un nuevo modelo en la sociedad del cambio tecnológico para afrontar la reconversión del campo, que permita recuperar su rentabilidad; la regeneración del tejido industrial; e impulsar servicios de calidad y diversificados para un turismo que demanda más atención y menos masificación. Porque lo que no se imagina, no ocurre. Talento y factor humano.