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Economista, catedrático y director de la Fundació Impulsa Balears, Antoni Riera afirmó ayer tarde, en la conferencia-coloquio del ciclo «(re)Pensar Menorca» que la economía menorquina necesita inquietud, visión y acción para combatir las rutinas y las inercias. Para ello, instó a los agentes sociales y económicos de la Isla a ponerse de acuerdo en torno a unos objetivos compartidos a medio y largo plazo.

El doctor Riera apostó por un modelo propio, una vía menorquina de crecimiento, diferenciada de Mallorca y Eivissa. Porque -subrayó- constituye un error considerar a todos los territorios en plano de igualdad, cuando deben potenciarse sus fortalezas específicas.

El análisis del catedrático de Economía Aplicada de la UIB advierte que la economía de Menorca tiene, tradicionalmente, dificultades para traducir el crecimiento en bienestar y prosperidad de los menorquines. El principal problema a afrontar consiste en que la actividad económica de la Isla no ha sido capaz de mejorar la calidad de vida e incrementar la satisfacción de la sociedad menorquina. Descartado el decrecimiento o crecimiento cero, el reto es vencer la inercia y crecer para generar bienestar.