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La Conselleria de Educación del Govern balear dio a conocer el informe sobre la agresión que sufrió una alumna, de ocho años de edad, en un colegio público de Palma. Concluye el Departamento de Inspección Educativa que lo ocurrido se circunscribe a una disputa infantil en el ámbito escolar, que ha motivado la expulsión -entre tres y cinco días- de los siete menores implicados en la agresión, y participar en tareas de respeto.

Demasiado tiempo ha tardado el departamento que dirige el conseller Martí March en informar sobre lo ocurrido el 5 de octubre. Durante este tiempo los medios solo han podido ofrecer la versión de los familiares, lógicamente alarmados, de la alumna que sufrió los empujones, golpes y patadas en el tumulto del patio del centro.

Quince días de silencio en la Conselleria, incapaz de dar una versión coherente. Un clamoroso error en la gestión y comunicación, que ha situado este caso en el centro de la atención mediática del país. La prioridad consiste en recuperar la normalidad. Ello implica la colaboración de los familiares.
Los agresores manifiestan arrepentimiento y deseo de enmienda, por lo que cabe darles un voto de confianza.