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La anunciada, pero no por ello esclarecedora decisión del Grupo Parlamentario de Podemos de expulsar a la presidenta del Parlament, Xelo Huertas, incrementa la confusión y la incertidumbre en el Parlament balear. Huertas tiene la llave para convocar la mesa, el organismo que debe tramitar esta expulsión; pero la presidenta no tiene prisa y el PP no quiere colaborar en este proceso.

El reglamento del Parlament no contempla el proceso de destitución del presidente de la cámara. Indica que dejar de pertenece al grupo parlamentario implica sustitución, pero no está clara la manera de llevarlo a cabo. La mesa del Parlament está formada por cinco diputados: dos de la izquierda, dos del PP y la presidenta. Con esta composición, el problema del relevo de Xelo Huertas se puede prolongar durante meses. La izquierda en su conjunto quiere destituir a Huertas para mantener la cohesión del pacto, pero el PP no colabora para debilitarlo. El resultado es que el Parlament como el gran perjudicado. Una situación compleja porque Huertas no ha sido imputada. Los letrados del Parlament tendrán que intervenir, pero el desenlace ahora mismo es una incógnita.