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A medida que transcurren las horas y se agote el plazo para que Cales Puigdemont responda al Gobierno si proclamó la independencia de Catalunya, aumenta la presión de los grupos independentistas -la CUP, Esquerra Republicana, Omnium Cultural y Assemblea Nacional Catalana- para dar una contestación afirmativa. La presión sobre el presidente de la Generalitat es enorme. De su respuesta depende la aplicación del artículo 155 de la Constitución, que permite al Estado intervenir la autonomía.

Puigdemont y Junqueras han conducido a Catalunya a una encrucijada política de incierto futuro. La república catalana, rechazada por PP, PSOE y Ciudadanos, tampoco es apoyada por la Unión Europea y sus principales socios. La marcha de centenares de empresas de Catalunya para buscar marcos jurídicos y económicos estables es un durísimo golpe al desafío independentista. Las incertidumbres y las tensiones generadas apuntan a la convocatoria adelantada de elecciones autonómicas, una opción que Puigdemont se ha negado a aceptar, pero podría ser la salida más plausible. Mañana viviremos otra jornada clave en este grave conflicto político.