TW

El decreto para implantar la exigencia del catalán en la sanidad pública de Balears no será remitido al Consell Consultiu para ser dictaminado ni tampoco llegará a ser aprobado. El PSIB-PSOE ha abortado su tramitación al paralizar la tramitación y optar por otra fórmula, una orden del IB-Salut que fijará, antes de la convocatoria de nuevas plazas, los criterios. En el futuro, pero sin concretar, ya se volverá a plantear. En realidad nos hallamos ante un gesto político que implica la retirada de la normativa así como excepciones en la Ley de la Función Pública para el sector sanitario de las Islas.

Las tensiones y movilizaciones que habían provocado este decreto -con el surgimiento de la plataforma 'Mos movem' en Menorca- así como el desacuerdo manifestado por los sindicatos en la Mesa de Sanidad han precipitado esta decisión que daña la credibilidad del Govern del Pacte y abre una profunda brecha entre los socios al no ser aceptada ni compartida por Més per Mallorca y per Menorca. Para los econacionalistas constituye una severa derrota.

Armengol, que no había calculado el impacto real ni el coste electoral de esta medida, no quiere arriesgarse. Ahora deberá afrontar las reacciones.