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La decisión del Gobierno central de dejar sin ayudas de fondos europeos a Balears para las energías renovables es la consecuencia directa del apoyo, hace unos meses, de los diputados de Coalición Canaria y Nueva Canarias, María Oramas y Pedro Quevedo respectivamente, a los Presupuestos Generales del Estado. Rajoy riega con dinero público a las Islas Afortunadas y deja en la sequía a las Islas de la Calma, que de nuevo hacen honor a su infinita paciencia.

Los diputados y senadores de Balears deben protestar ante este evidente agravio comparativo, olvidar la disciplina de partido y reclamar un trato justo para el archipiélago donde han sido elegidos. Balears no puede de ninguna manera perder el tren de las energías renovables porque daría la espalda al futuro y a las energías limpias.

Las jugadas políticas que se gestan en Madrid no pueden acarrear perjuicios a Balears. Es preciso que las instituciones isleñas promuevan el desarrollo de las renovables con la reclamación de los apoyos necesarios, tanto del Estado como de la UE. Una comunidad que aporta a las arcas públicas mucho más de lo que recibe bien se merece un trato de respeto y equidad, por encima de cualquier partidismo.