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En la primera reunión del Gobierno que preside Pedro Sánchez se ha acordado levantar la intervención financiera del estado sobre las cuentas de la Generalitat catalana, decisión que implica un gesto de distensión con el objetivo de abrir una nueva etapa en las relaciones entre Madrid y Barcelona. Al mismo tiempo se prepara un encuentro de los dos presidentes. Pasos dirigidos a reconducir el conflicto institucional y social que ha generado el proceso independentista de Cataluña.

El marco constitucional sigue marcando los límites para cualquier negociación entre el Gobierno de España y la Generalitat, pero se transmite la idea de explorar la vía del diálogo. La cuestión catalana es un jeroglífico político y judicial de difícil resolución. Los acuerdos del Parlament de Catalunya que vulneraron el Estatut y la Constitución acabaron desencandenando la aplicación del artículo 155 y la judicialización para frenar el movimiento sececionista. El acuerdo aprobado por el Consejo de Ministros forma parte de la política de gestos que se ha instalado en la escena política española. El tiempo dirá si el Gobierno y la Generalitat son capaces de hallar y aplicar la solución a este grave conflicto.