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El Partido Popular se enfrentará en julio al congreso más importante de su historia, tras la pérdida del Gobierno por una moción de censura y la decisión de Mariano Rajoy de abandonar la política. El principal objetivo consiste en la regeneración para superar una etapa llena de altibajos que aún no ha terminado porque hay casos pendientes ante la Justicia.

La elección del nuevo líder se resolverá mediante un proceso democrático interno en un congreso donde el PP tiene la oportunidad de modernizar su visión del Estado y fijar las bases de un nuevo modelo de convivencia a partir de su ideología liberal-conservadora. La España del siglo XXI demanda respuestas a los problemas, en primer lugar al desafío secesionista catalán para, a través del diálogo y en el marco de la Constitución, definir un nuevo encaje de Catalunya en España. El PP balear también atravesó tiempos difíciles que superó con unas primarias que significaron una ruptura radical con la etapa Bauzá y dieron el liderazgo a Gabriel Company. La experiencia balear debe ser valorada en Madrid. Al mismo tiempo el PP balear debe hacerse oír y defender su regionalismo, que no constituye ninguna amenaza.