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El discurso de política general, repleto de promesas y anuncios, pronunciado ayer por Francina Armengol, consistió en una extensa declaración de intenciones, a ocho meses de las próximas elecciones. El Govern del Pacte deberá acelerar su ritmo de gestión si quiere hacer realidad todos los compromisos expuestos en sede parlamentaria. Los ciudadanos esperan actuaciones, decisiones y realidades.

Aparte de iniciativas ya sabidas, Armengol sólo presentó dos novedades de entidad: la próxima supresión del copago farmacéutico y la construcción de un hospital en Felanitx; y que en noviembre «se cerrará» el Régimen Especial. El resto, como un ambicioso plan de vivienda, ya estaba anunciado. Fue pormenorizada la exhibición de buenas intenciones de la presidenta el Govern. La incógnita es si estos compromisos calarán en la ciudadanía, que reclama hechos. Y pronto. Durante esta legislatura se ha creado un buen número de plazas de funcionarios, pero las obras para transformar els antiguo Verge del Toro en un sociosanitario aún no han empezado, la desaladora no está en marcha y no se han retirado los lodos de la depuradora de Ferreries. Hay voluntad, pero faltan realidades.