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El pequeño Arthur Robinson Lliteras ha sido la víctima número trece de las inundaciones en Mallorca. La localización del cuerpo sin vida del niño cierra días de incertidumbre, de labor incansable y de esfuerzo sobrehumano para poner un definitivo punto y aparte a la tragedia. El final a una búsqueda incansable en la que ninguno de los organismos implicados ha escatimado esfuerzos ni recursos.

La presencia de los Reyes, don Felipe y doña Letizia, en el funeral oficiado ayer tarde en la iglesia de Nostra Senyora dels Dolors de Manacor, constituye una prueba del homenaje que las más altas instancias del Estado han rendido a las víctimas de la riada, transmitiendo a sus familiares afecto y apoyo.

En estos días difíciles y dolorosos se ha registrado una extraordinaria ola de solidaridad con los afectados, con centenares de personas que han participado en las tareas de limpieza y reconstrucción. Ahora hay que aclarar qué sucedió el 9 de octubre en el levante mallorquín y cómo se actuó para depurar responsabilidades ante los posibles errores cometidos. Empieza una nueva etapa para reclamar respuestas, exigir explicaciones y adquirir el compromiso de corregir los fallos.