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La baja tasa de natalidad y el progresivo envejecimiento de la población menorquina provoca que hoy ya hay más personas mayores de 65 años que menores de quince. Ostentamos el triste honor de ser la Isla que encabeza este preocupante declive demográfico en Balears, lo que plantea numerosos interrogantes tanto sobre hacia dónde se dirige Menorca como la viabilidad y acierto del ‘modelo’ menorquín.

Según los datos que aporta el último informe redactado por el Observatori Socioambiental de Menorca (Obsam) en este momento hay 220 personas inscritas en las listas de espera para acceder a una plaza en una residencia geriátrica. De estos 220 menorquines, 103 han sido valorados como ‘grandes dependientes’, lo que significa que precisan ayuda y atención durante todo el día, pero no reciben la respuesta satisfactoria a través del servicio domiciliario. Otra carencia que detecta el informe del Obsam consiste en que otras 63 personas -con distintos grados de dependencia- que están a la espera de obtener plaza en algún centro de día.

Ante esta realidad las administraciones deben acelerar la construcción de nuevas plazas geriátricas y destinar más recursos a la atención de los mayores.