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El titular del Juzgado de Instrucción número 9 de Palma ha archivado de manera provisional las diligencias del ‘caso contratos’. La decisión supone un jarro de agua fría para quienes esperaban encontrar prevaricaciones y tráficos de influencias en cargos públicos de Més. El magistrado señala que, para la existencia de un delito, es necesaria una ilegalidad «evidente, patente, flagrante y clamorosa», que incluya mala fe o una imprudencia palmaria. Las irregularidades no son necesariamente delitos, de la misma manera que los comportamientos inmorales no siempre atentan contra la ley y el derecho.

En cambio, ha quedado probada la debilidad de Més per Mallorca y de Més per Menorca para afrontar una crisis seria. El exjefe de la campaña de Mallorca no tenía que participar en concursos públicos, aunque estuviera capacitado para ello. Quien juega con fuego se acaba quemando. La presidenta Armengol exigió la cabeza de la consellera Ruth Mateu, lo que provocó la salida de Més per Menorca, del Govern del Pacte. Armengol se precipitó al forzar la dimisión de Mateu, que no pudo defender su inocencia. Gobernar significa tomar decisiones justas y acertadas, lo que no ocurrió en este caso.