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El gran reto de Menorca, cuya economía depende en más de un 70 de ciento del turismo, consiste en prolongar la temporada y superar una acusada estacionalidad que reduce el gasto y lastra los resultados e impide ampliar la duración de los contratos. La temporada de este año vuelve a empezar con malas perspectivas porque, a pesar del aumento en el número de plazas ofertadas por las aerolíneas, no se activan las reservas.

Los problemas de comercialización -o sea, las dificultades para ‘vender’ el producto Menorca- provocan que la actividad turística no arranque plenamente hasta junio con una baja ocupación en mayo, confirmada por los hoteles que no abrirán hasta el día 15. Esta práctica se ha venido repitiendo durante los últimos años.

En este contexto de preocupación debe ser valorada con satisfacción la iniciativa impulsada por empresas hoteleras menorquinas, lideradas por el Grupo Galdana y Artiem, para una estrategia que se aplicará el próximo año. El acuerdo, que se cerró en Londres, en la sede central de Jet2, permitirá avanzar el inicio de la temporada 2020 a principios de abril. Un buena propuesta para Menorca fruto de una eficaz gestión.