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España está abocada a las cuartas elecciones generales en poco más de cuatro años si Pedro Sánchez no es investido la semana del 22 de julio y cumple la amenaza de convocar nuevos comicios sin esperar a una segunda vuelta. Las causas del fracaso las hallamos en la negativa de Ciudadanos a pactar con el PSOE y de los socialistas con Podemos. Ante esta incapacidad de entendimiento cabe preguntar cómo pueden los políticos solucionar temas tan graves como la cuestión catalana.

La actual clase política no ha digerido aún el final del bipartidismo, cuando PP y PSOE eran capaces de cerrar acuerdos en los grandes temas de Estado. La irrupción de Ciudadanos, Unidas Podemos y Vox ha provocado graves disfuncionalidades y ha evidenciado las dificultades de formaciones de distinta ideología para alcanzar pactos. En conjunto, una situación preocupante y penosa.

Los resultados de la encuesta del CIS aportan varias opciones para formar gobierno, pero la contumacia de Pedro Sánchez al no querer pactar con Podemos y la cabezonería de Albert Rivera que no quiere apoyar al PSOE conduce a España a un callejón sin salida donde priman las estrategias partidistas.