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El secretario general del PSOE volvió a fracasar ayer en su intento de ser investido presidente del Gobierno. Su enfrentamiento personal con Pablo Iglesias impidió un acuerdo que se negoció en un ambiente de desconfianza mutua hasta el último momento, a pesar de que el rey Felipe VI encargó a Pedro Sánchez el 6 de junio la formación del nuevo Ejecutivo.

Queda la opción de septiembre que, si también resulta fallida, obligará a celebrar elecciones generales en noviembre.

El PNV, Bildu, Compromís y ERC se abstuvieron, como también hizo Podemos, mientras que PP, Ciudadanos, Vox, Junts per Catalunya, Navarra Suma y Coalición Canaria votaron en contra. Más noes que síes.

El debate evidenció los recelos y desconfianzas entre Sánchez e Iglesias, con desacuerdos personales difíciles de superar. Ambos líderes han sido víctimas de sus estrategias. El presidente en funciones no ha sido capaz de sumar apoyos, con un fracaso del conjunto de la izquierda, incapaz de ponerse de acuerdo, como admitió el portavoz de ERC, Gabriel Rufián. Empieza la cuenta atrás de dos meses para la disolución de las Cortes, pero con la posibilidad abierta de seguir negociando.