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La asamblea general que ayer celebró la Federació d’Entitats Locals de les Illes Balears (FELIB) para elegir los nuevos órganos de gobierno de este organismo, que agrupa y representa a los municipios del archipiélago, otorgó una amplia representación a las Pitïuses, mientras que Menorca quedó relegada. Sorprende, en primer lugar, que no haya ningún vicepresidente menorquín, de manera que Mallorca cuenta con la presidencia, que fue asignada al alcalde de Costitx; y dos vicepresidencias, adjudicadas a los alcaldes de Manacor y Selva. Al mismo tiempo, Eivissa obtuvo la vicepresidencia primera , para la que fue elegido el alcalde de Sant Josep de sa Talaia.

Menorca también quedó postergada en el consejo ejecutivo porque, a pesar de sus ocho ayuntamientos, sólo tiene tres vocales -los alcaldes de Maó, Es Mercadal y Alaior-, mientras que los seis ayuntamientos de Eivissa y Formentera: Santa Eulàlia, Sant Antoni, Sant Josep, Eivissa capital, Sant Joan, y Formentera, están representados por sus respectivos primeros ediles. La alcaldesa de Ciutadella, Joana Gomila, y el alcalde de Alaior, José Luis Benejam, expresaron su protesta. Es preciso reconsiderar esta injusta representación, que perjudica a Menorca.