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La ralentización de la actividad económica, que se acentuará el próximo año, ya suscita un elevado grado de consenso. Las tensiones internacionales, como los conflictos que mantienen Estados Unidos y China; la incertidumbre sobre el ‘Brexit’ y la imposición de nuevos aranceles anunciados por Trump generan una dinámica de dificultades de la que no se salva Balears. Por ejemplo, el Govern ya ha previsto que sus ingresos fiscales por la compraventa de inmuebles caigan un 14 por ciento el 2020.

Los indicadores apuntan a un proceso de declive, más o menos abrupto, del ciclo expansivo de los últimos años, en función de unos acontecimientos ahora impredecibles. Hay que añadir el impacto de la caída de un gigante como Thomas Cook, pero es una incógnita todavía el comportamiento del mercado británico cuando se haga efectivo el ‘Brexit’. Esta coyuntura adversa tendrá su reflejo en los presupuestos autonómico del próximo año. El descenso en las recaudaciones de tributos se complica por la inestabilidad política en España, con un Ejecutivo en funciones. Los resultados electorales del 10-N no garantizan la rápida formación del próximo Gobierno. El escenario es de dificultades y de nuevos ajustes.