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Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, por el PSOE e Unidas-Podemos, repectivamente, firmaron ayer el acuerdo programático del futuro Gobierno. El documento incluye numerosas propuestas, entre las que destacan el incremento de la fiscalidad a las grandes corporaciones y contribuyentes con grandes ingresos, la derogación de buena parte de la reforma laboral que aprobó el PP, la regulación del precio de los alquileres y el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones. También destaca el apartado destinado a resolver el ‘conflicto político’ de Catalunya y dar más protagonismo a las relaciones bilaterales de las autonomías con el Estado.

La escenificación del entendimiento entre el PSOE y Unidas-Podemos confirma la cercanía del acuerdo de investidura de Pedro Sánchez, que también ayer firmó con el PNV su apoyo. La formación que lidera Iglesias ha logrado introducir importantes compromisos en materia fiscal y de política social sobre los que, hasta el momento, los socialistas siempre se habían mostrado reticentes. La estabilidad institucional del gobierno de coalición –el primero de esta etapa democrática– que tratan de formalizar el PSOE y Unidas-Podemos es la gran incógnita que se plantea. Será el tiempo el que confirmará o desmentirá el realismo de los planteamientos expuestos ayer por Sánchez e Iglesias; una experiencia política hasta ahora inédita en España.