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El gobierno tripartito del Consell de Menorca sigue enredando con las obras de la carretera general en el tramo Maó-Alaior. Ayer anunció en el pleno que rompe con la empresa a la que, en mayo de 2017, encargó una nueva redacción del proyecto de reforma. Más de dos años y medio después, y cuando los puentes a medio construir en Rafal Rubí y L’Argentina ya forman parte del paisaje de la red viaria menorquina, arranca un nuevo proceso de licitación y adjudicación de los trabajos técnicos para redactar otro proyecto. Al gobierno de Susana Mora, Maite Salord y Cristina Gómez no les gusta el diseño técnico de los ingenieros de obras públicas que incluye los tramos a doble nivel, una solución aplicada sin problemas en otros puntos de la carretera.

Nada definido, porque tras rescindir el contrato con Airtificial el gobierno de izquierdas encargará informes externos que avalen una decisión política que nadie sabe si concita el pleno acuerdo entre PSOE, Més per Menorca y Podemos. Al mismo tiempo, el PP, desde la oposición, denuncia negligencias en la gestión del contrato y advierte con acciones legales. ¿Cuándo acabará de una vez esta historia interminable?