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La primera reunión de la mesa formada por el Gobierno de España y el Govern de la Generalitat para afrontar el complejo problema catalán aportó escasas novedades, más allá de los gestos y algunas fotografías.

No debería constituir ninguna novedad que los futuros acuerdos, a concretar en lo que se plantea como una larga negociación, deban enmarcarse necesariamente en el ámbito de la «seguridad jurídica». Por ello sorprende que esta afirmación se incluya en el comunicado conjunto difundido al concluir una reunión donde se escenificó que existe voluntad de diálogo.

La denominada ‘mesa cero’ se cerró con una nueva apuesta de Joaquim Torra a favor de la autodeterminación y la amnistía para los políticos condenados por el Supremo al haber impulsado la vía unilateral para conseguir la independencia de Catalunya. En cambio, Pedro Sánchez plantea abordar solo te- mas concretos y con opciones de acuerdo, lo que no gusta al Ejecutivo catalán. Todo ello con dos grandes temas de transfondo político: la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado, cuestión nuclear para el PSOE, y las elecciones autonómicas catalanas, que marcarán el futuro de JxCat y ERC.