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El mismo día que el papa Francisco pide unidad y propone un alto el fuego mundial ante el coronavirus, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reclama a todas las formaciones políticas de España una «desescalada de la tensión política» y apela directamente al PP para vencer la «postguerra». Alude Sánchez al consenso alcanzado hace cuarenta años durante la Transición y denomina a este nuevo acuerdo Pacto de Reconstrucción Económica y Social. La colosal emergencia sanitaria y económica del covid-19 exige medidas extraordinarias que -en el caso de España- no pueden soslayar ni eludir el control de la acción del Gobierno, quien también debe hacer autocrítica de su gestión, concretamente en las imprevisiones y errores cometidos. Diálogo, consenso y acuerdo, sí, pero no a cualquier precio, porque la situación social y política de 1977, tras salir del franquismo, nada tiene que ver con las circunstancias actuales. Antes de iniciar la redacción del gran pacto económico y social, Pedro Sánchez debe consensuar con las autonomías los criterios para afrontar la crisis sanitaria. Varios presidentes cuestionan que se den las condiciones para la vuelta al trabajo y en Balears la Conselleria de Salud prevé que en los próximos días se produzca un aumento de los contagios al reanudarse la actividad laboral. Difícilmente se alcanzará el acuerdo político y económico previamente no hay cohesión en la emergencia sanitaria.