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El fútbol podría reanudarse en julio en España, un paso más hacia la vuelta a la normalidad. Sin público y en fechas excepcionales —en pleno verano—, las dos ligas profesionales (Primera y Segunda División) preparan su regreso y tienen definida una parte de su hoja de ruta. El 4 de mayo se prevé el inicio de los entrenos individuales y, quince días después, probablemente los colectivos. Unas semanas después, si la situación sanitaria del país lo permite, volverían los partidos.

El posible retorno del fútbol parece circunscribirse solo a las dos grandes ligas nacionales, porque son las únicas que podrán asumir los protocolos sanitarios que exigirá el Gobierno. Aunque la Federación Española de Fútbol no lo ha anunciado oficialmente, es poco probable que el balompié modesto acabe la temporada. Así, deberán decidirse muchas cosas en los despachos: ascensos y descensos, por ejemplo.

Aunque Europa está dividida en el asunto del fútbol, España ha empezado a activar los mecanismos necesarios para que el balón vuelva a rodar. Los clubes necesitan recuperar los millonarios ingresos que perciben de la televisión para cuadrar sus presupuestos y eso solo sucederá si la Liga se reanuda. De hecho, una gran parte de ellos ya había negociado rebajas salariales o, simplemente, activado ERTE. Reanudar la competición futbolística forma parte de la «nueva normalidad» que persigue el Gobierno. La clave está mantener las garantías sanitarias.