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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ofreció ayer los apoyos parlamentarios del Grupo Socialista para conceder las prerrogativas del estado de alarma a aquellas comunidades autónomas que lo soliciten. Con esta propuesta, renuncia a recuperar el mando único para la gestión de la segunda ola de la pandemia, cuyos datos revelan un absoluto descontrol. El Govern balear, por el momento, descarta tramitar esta petición.

Las pruebas PCR constatan la gran diseminación de los contagios y el peligro que entraña para los colectivos más vulnerables. Sánchez trata de evitar ahora las disputas que generó el anterior estado de alarma, denostado por los grupos nacionalistas e independentistas y, también, por la principal formación de la oposición, el Partido Popular. El argumento central era que con las competencias de Sanidad transferidas eran las autonomías las que debían gestionar la pandemia. El Gobierno PSOE-Unidas Podemos evita recuperar el control total y deja en manos de las comunidades la intensidad de la intervención sobre la población en materia de restricciones o confinamiento. La apuesta es arriesgada y solo los resultados dirán si también es acertada.