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La victoria en Pensilvania deja expedito el camino del candidato demócrata, Joe Biden, a la Casa Blanca. La otra cara de la moneda es la derrota de la arrogancia del republicano Donald Trump, más amarga al perder en la reelección del cargo. Es probable que Trump inicie una batalla legal para impugnar el triunfo de su adversario, una estrategia basada en la tensión.

Biden llegará a la presidencia de los Estados Unidos el 20 de enero con una misión prioritaria, recuperar la unidad del país. La sociedad norteamericana ha quedado política y socialmente dividida tras este proceso electoral, en especial por la actitud beligerante de Donald Trump, pero la crispación del Partido Republicano ha fracasado. Biden aporta una imagen más moderada que necesita avalar con una gestión eficaz. El que fue vicepresidente con Barack Obama tiene una tarea que no será sencilla para los próximos años, mantener el avance económico conseguido por los Estados Unidos durante el mandato de Trump. La política interna americana tiene un marcado carácter económico, de gran calado. El cambio de modales en la Casa Blanca es un importante avance para alcanzar el sosiego mundial.