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La autorización de la vacuna de Pfizer por parte del Gobierno británico ha disparado un 30 por ciento las reservas turísticas para los próximos meses en el Mediterráneo y también para Balears, lo que confirma las mejores expectativas sobre el efecto social y económico que tendrá la inmunización masiva de la población frente al coronavirus.

En la misma línea actuarán Estados Unidos y Rusia, que no quieren quedar atrás en la carrera por proteger a sus ciudadanos. La Agencia Europea del Medicamento no trasladará hasta final de mes su propuesta de autorización de la vacuna de Pfizer a la Comisión, mientras que retrasa a mediados de enero la de Moderna.

El aumento de las reservas británicas es un indicio de que en la próxima primavera ya no serán necesarias las molestas PCR para desplazarse a Balears. La UE, y en consecuencia España, deben contar con las autorizaciones para iniciar la vacunación. La pandemia de la Covid es una pesadilla que empezó en marzo y cuyas dramáticas consecuencias se constatan en los fallecidos y contagiados, además de la destrucción de empresas, puestos de trabajo y el desplome de las economías mundiales. La necesaria vacuna debe administrarse con garantías.