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Resulta sorprendente que con los esfuerzos que se realizan en Balears para contener la pandemia, el Gobierno de coalición PSOE-Podemos autorice a los residentes de ocho comunidades a entrar en las Islas sin necesidad de aportar una PCR negativa. El enorme sacrificio que realizan empresarios, autónomos, trabajadores de la sanidad y ciudadanos en general pretende rebajar los contagios para mejorar la salud y ofrecer una temporada turística segura.

Sin embargo, no sólo se relajan los controles sanitarios en los puertos y aeropuertos, sino que no llegan las vacunas necesarias para tener inmunizada al 70 por cien de la población en junio, tal como propuso el Govern de Francina Armengol.

No se entiende esta liberalidad del Gobierno de Pedro Sánchez con Balears cuando se mantiene el toque de queda ciudadano y los sectores productivos padecen enormes dificultades, con penalidades de trabajadores en ERTE o sin empleo, familias en situación de precariedad y numerosos establecimientos y negocios que siguen cerrados. Todo este sufrimiento colectivo no se puede echar por la borda por una decisión inmadura y precipitada del Gobierno central.